domingo, 22 de marzo de 2009

Si te vas a Santiago… que te recuerdes dónde buscar agua

Santiago recibe agua de los Andes, eso la geografía explica y no necesito decir nada más. Esa increíble montaña y su agua es el gran orgullo de los chilenos de manera general, por la cantidad de minerales que tiene. Pero eso, para nosotros brasileños, a la hora de tomarla, de satisfacernos, no nos da placer, el agua es salada. Otra cosa es que, cuando se busca por agua embotellada (salada), el precio no te lo puedes creer: en el supermercado son caras, en los quioscos todavía más y si te vas a un bar, más barata es la cerveza. Yo que me tomo aquella cantidad de agua… lo tanto que sufrí no puedo describir. Ya no tenía mucha plata para comprarme lo de comer, porque me gastaba todo con agua. Así que cuando fui a una universidad le pregunté a la recepcionista dónde había agua para tomar, a lo que me contestó “Sube por las escaleras y a la derecha”.
Subiendo las escaleras creía que sería entonces feliz y no tan pobre. ¡Me engañé! Me dio la dirección del baño, pues lo que pensé fue que no supe expresarme, a lo mejor creía que tenía ganas de lavarme las manos… Me lavé las manos y salí (con vergüenza porque creía que no podría expresarme en español, no podría sobrevivir, si no sabía siquiera pedir agua). Bueno, me fui a la sala del profesor de sociología con quién tenía una reunión y, al final le pregunté si tenía agua. “Pues, ¡claro! Sigue el pasillo hasta el final e ya está, a la izquierda”. ¡Po! El baño otra vez. No lo podía aceptar y por lo menos al profesor necesitaba decir que quería agua para tomar: “Me ha explicado cómo llegar al baño, pero necesito agua para tomar”. El tipo, un señor muy simpático casi se murió de tanto reír y se adelantó hacia el baño, llenó un gran vaso de agua en el baño y allí mismo se lo tomó todo. Yo me detuve con una cara que le hizo reír más aún. “Aquí se toma agua en el baño, no hay problema, tenemos buena agua (de los andes) y es tratada” (mi problema no era sólo por el agua de la llave, sino por los baños de allá que suelen ser muy sucios). Y todo aquello que he aprendido de higiene se fue abajo en Santiago, desde entonces sabía dónde buscar agua, y crean ustedes o no, ¡ahora soy más feliz!

Si te vas a Santiago… que te recuerdes dónde buscar agua

Santiago recibe agua de los Andes, eso la geografía explica y no necesito decir nada más. Esa increíble montaña y su agua es el gran orgullo de los chilenos de manera general, por la cantidad de minerales que tiene. Pero eso, para nosotros brasileños, a la hora de tomarla, de satisfacernos, no nos da placer, el agua es salada. Otra cosa es que, cuando se busca por agua embotellada (salada), el precio no te lo puedes creer: en el supermercado son caras, en los quioscos todavía más y si te vas a un bar, más barata es la cerveza. Yo que me tomo aquella cantidad de agua… lo tanto que sufrí no puedo describir. Ya no tenía mucha plata para comprarme lo de comer, porque me gastaba todo con agua. Así que cuando fui a una universidad le pregunté a la recepcionista dónde había agua para tomar, a lo que me contestó “Sube por las escaleras y a la derecha”.
Subiendo las escaleras creía que sería entonces feliz y no tan pobre. ¡Me engañé! Me dio la dirección del baño, pues lo que pensé fue que no supe expresarme, a lo mejor creía que tenía ganas de lavarme las manos… Me lavé las manos y salí (con vergüenza porque creía que no podría expresarme en español, no podría sobrevivir, si no sabía siquiera pedir agua). Bueno, me fui a la sala del profesor de sociología con quién tenía una reunión y, al final le pregunté si tenía agua. “Pues, ¡claro! Sigue el pasillo hasta el final e ya está, a la izquierda”. ¡Po! El baño otra vez. No lo podía aceptar y por lo menos al profesor necesitaba decir que quería agua para tomar: “Me ha explicado cómo llegar al baño, pero necesito agua para tomar”. El tipo, un señor muy simpático casi se murió de tanto reír y se adelantó hacia el baño, llenó un gran vaso de agua en el baño y allí mismo se lo tomó todo. Yo me detuve con una cara que le hizo reír más aún. “Aquí se toma agua en el baño, no hay problema, tenemos buena agua (de los andes) y es tratada” (mi problema no era sólo por el agua de la llave, sino por los baños de allá que suelen ser muy sucios). Y todo aquello que he aprendido de higiene se fue abajo en Santiago, desde entonces sabía dónde buscar agua, y crean ustedes o no, ¡ahora soy más feliz!

jueves, 19 de marzo de 2009

"Aguas Arriba", pinga abajo!

¡Algunos se van a lo lejano y más allá, mientras que este pobre alma de la persona va para cerquita y caminando! Yo y unos amigos, entre ellos Wallace, decidimos ir hasta la ciudad Aguas Arriba (Rio Acima) y volver hacia BH caminando. Nos fuimos por los Caminos de la “Estrada Real”, por donde el único oro que llevábamos era un jugo de “pinga”. ¡De cualquier forma, una preciosidad! Bien, el caso es que dejamos Aguas Arriba a las diez de la mañana y a las ocho de la noche en seguíamos yendo en el camino, dentro de los límites territoriales de Nova Lima. Cansados (por lo menos yo estaba borracho, eso yo sé), pero resolutos, caminamos. Después como una señal del dios, pasó un hombre en un micrón-autobús. ¡Una belleza! Nos dejó en la región de Savassi, de donde fuimos caminando otra vez hacia el centro de BH, cuando nos tomamos la merecida cerveza.

¡No veo la hora de contar a ustedes, con éxito una otra sufrida y feliz probación!

martes, 17 de marzo de 2009

Llegar en Buenos Aires en el ultimo dia del ano puede ser un poco arriesgado , Bs As (para los íntimos) concentra millones de turistas de alrededor del mundo muy ávidos por conocer la bellísima ciudad, las personas multicolores , las fiestas que empiezan por las dos de la mañana, las media lunas (herencia francesa) y toda la vida cultural que una ciudad cosmopolita puede ofrecer . He dijo que es arriesgado porque las calles calientes se saturan de gente, los coches toman las avenidas largas, los hoteles e hosteles se quedan como colmenas y la ciudad no lo puede, cae desfallecida, como a pedir socorro, no hay el agua, no hay buses que bastan, no hay quioscos , solo hay gente, así que me pasé el año nuevo peleando las ondas de calor de 43 grados , in un hostel apiñado de brasileños, mexicanos, ingleses, venezolanos, israelitas y porteños, sin poder duchar-me, como he dicho, no tenía el agua y siguió no lo teniendo por tres días más, así que tuve que, muy a los brasileños, improvisar y traer el agua en botellas por sobre las escaleras, para presentarme oliendo a jabón , hecho que pasó después de dos horas balando , pero cuando se trata de Bs As lo haría de nuevo y seguido, creo que la magia de los contos de viaje se encuentran más en las probaciones que en los éxitos!!!!

lunes, 16 de marzo de 2009

Se cayó una brasileña en Santiago de Chile

Con ese relato podría escribir un artículo, pero ahora sólo les voy a contar lo triste que fue saber que en Santiago, en general las brasileñas son reconocidas como las que le dan pelota a cualquieras. Se puede decir que soy casi una típica brasileña, por el fenotipo y los hombres en general me miraban. El problema es que allá descubrí que no sólo por el fenotipo nos reconocen a las brasileñas y comprendí que siquiera podría ser yo misma, sonreír como suelo hacer sería mostrarme una típica prostituta. Me invitaron a salir, desde dueños de restoranes, profesores, hasta los guardias de museos y al fin percibí que eso pasaba cuando les agradecía a alguna información con una sonrisa y un “gracias” o cuando les ponía atención a lo que decían (una sugerencia de paseo, de una lectura o un libro). Así les aconsejo a las brasileñas que se vayan a Santiago que, una vez solas en la impresionante ciudad, que se controlen con las sonrisas que pueden no ser muy bien interpretadas. También hay que acordarse de que en general los chilenos son un poco machistas, lo que se percibe en las calles, dónde se pueden observar los “cafés con piernas” y las “macumbas” (qué sepan ustedes que macumba en “chileno” no tiene el mismo sentido de “macumba” en Brasil y otro día les voy a contar como lo descubrí).